Establece horarios: Es importante que aunque no vayas a las oficinas, establezcas un horario de “entrada” y “salida” y lo sigas como de manera presencial, e incluso un horario de comida y descanso. Esto te ayudará a generar una rutina profesional, obtener un ambiente de responsabilidad y ser productivo sin perder el tiempo mezclando tu trabajo con tareas del hogar.

Crea un espacio de oficina en casa: Intenta que sea un espacio tranquilo, sin ruido y organizado, con todo lo necesario para trabajar. Un escritorio o mesa amplia, una silla cómoda y el material que sueles utilizar (libreta, lápiz, pluma, etc.)

Tener un lugar destinado únicamente a tu trabajo, te ayudará mucho en tu organización y disminuirás las posibles distracciones así como la pérdida de tiempo al levantarte a buscar algo.

Avisa que no estás disponible: Es normal que al estar en casa, tu familia o amigos crean que tienes el tiempo libre. Sin embargo recuerda que para que tu trabajo sea funcional, debes tomarlo tan en serio como cuando asistías de forma presencial. Avisa que no estás disponible durante tu horario de trabajo y atiende las cuestiones personales después de tu hora de salida.

Elimina las distracciones: Lo ideal sería tener un celular únicamente para cuestiones de trabajo, y mantenerte alejado del personal en tu horario de trabajo, ya que es una fuerte fuente de distracción. Si tienes el mismo para ambas cosas, trata de atender solo cuestiones laborales y las personales revisarlas en tus tiempos de descanso.

Utiliza herramientas para organizar tu día: Al tener tantas actividades, es probable que puedas olvidarte de alguna. Por eso te recomendamos tener una agenda física o digital, la cual puedas seguir y revisar diario por las mañanas. Esto te ayudará a tener tus tiempos de entrega bajo control.